El término retrofit según aparece en el diccionario puede traducirse como modernizar, actualizar o reformar incluyendo parámetros de eficiencia energética, adaptabilidad y mejora de equipos, índices de confort y posibilidades de utilización de antiguos edificios.
Retrofit en ingeniería se utiliza para designar el proceso de modernización de una maquinaria en el que se actualizan sus prestaciones y eficiencia; en la iluminación de un edificio el concepto incluye sustituir las luminarias tradicionales por otras con menor consumo y mayor durabilidad; o cuando hablamos de mejora antisísmica nos referimos a modificaciones a las estructuras existentes, con el fin de darles mayor resistencia a la actividad sísmica, movimientos de terreno, apertura de una falla o derrumbe de un terreno a causa de un terremoto. En todos los casos mediante una renovación tecnológica se aporta valor añadido a equipos o edificios.
Para acometer la renovación tecnológica de un edificio es importante evaluar adecuadamente la situación en la que se encuentran su estructura y todas sus instalaciones. La sustitución de instalaciones siempre es posible, pero los retornos de inversión a medio plazo marcarán su factibilidad. Esta metodología tendrá excepción en los edificios patrimoniales protegidos por ley, donde la recuperación de la memoria histórica, elemento intangible, constituye la prioridad. Contar con especialistas que puedan plantear adecuadamente el proyecto, sustentarlo y exponer sus retornos de inversión es la única alternativa para el cliente que decide ir mas allá de una simple reforma arquitectónica.
Los proyectos retrofit de rehabilitación pueden ser certificados. En el caso de Australia, “Green Star”, sistema de evaluación de sostenibilidad reconocido internacionalmente, califica las fases de proyecto, construcción y operación y es aplicable a edificios, comunidades o interiores; en Europa el estándar “Passive House”, originado en Alemania, y que tiene aplicación tanto en edificios nuevos como en obra de rehabilitación, se está implantando en los países del entorno incluída España, e incluso fuera del territorio europeo.
En todos los casos el objetivo final es lograr un edificio verde, que cumpla determinados requisitos, entre los mas importantes:
– Una demanda de energía muy baja para calefacción y refrigeración
– Bajo consumo de energía primaria para los sistemas de calefacción, refrigeración, electricidad, aire acondicionado y auxiliares
La energía primaria podría generarse de forma autónoma a partir de combustibles biodegradables, rompiendo definitivamente la dependencia de los combustibles fósiles.
Las empresas que ya han comenzado a aplicar estos criterios estarán en condiciones de ventaja respecto a la competencia en la medida en que se acerque el 2020, fecha en la que el Parlamento Europeo aspira a conseguir que todos los edificios sean autosuficientes.
